A ti lo único que te interesa es superar esta enfermedad cuanto antes y la mejor manera de conseguirlo es enfrentándolo con vitalidad y positividad. Si mantienes un estado de ánimo alegre y decidido, tu cuerpo tendrá más fuerza para curarse.
Una buena alimentación supervisada por tus médicos te ayudará a nutrir tu cuerpo de la manera adecuada, pero no es lo único que puedes hacer para mejorar tu salud. Hacer ejercicio contra el cáncer también es fundamental antes, durante y después de la quimioterapia. Así, evitarás la pérdida muscular y la movilidad de las articulaciones.
Como ves, aunque se hable poco de ello, el deporte y el cáncer tienen una estrecha relación. Practicar ejercicio físico de forma controlada te ayudará a reducir algunos efectos secundarios del tratamiento, a disminuir el cansancio posterior y a controlar el estrés.
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Ejercicio físico oncológico
Si estás bajo tratamiento oncológico, es normal que pases por etapas donde te sientes más triste o nerviosa. Como sabes, las personas generamos endorfinas cuando hacemos deporte. Esas endorfinas reducen nuestra percepción del dolor. Por tanto, el ejercicio y el cáncer están unidos para dar una solución contra la angustia y la debilidad. Ejercitando tu cuerpo a tu ritmo y sin forzarlo, tu organismo se podrá enfrentar a cualquier cosa.
Actividades como el Tai Chi o el yoga pueden ser muy beneficiosos para ti. No importa cuando empieces mientras empieces. ¿Aún no has comenzado el proceso? Es momento de iniciar un entrenamiento que prepare tu cuerpo para la batalla.
¿Estás en medio de la quimio y sientes mareos y visión borrosa al hacer ejercicio? No te preocupes, tu cuerpo es sabio y te avisa de que necesitas adaptar tu cuadro de ejercicios. ¿Pasas mucho tiempo tumbado? En ese caso, vas a aprender a moverte en la cama hasta que puedas volver a tu rutina deportiva.
Tipos de actividad física durante el tratamiento con quimioterapia o radioterapia
Varios estudios han demostrado que las personas que realizan ejercicio con cáncer pueden mejorar más rápido e incluso conseguir eliminar síntomas como las náuseas. Si estás en la cama, como hablábamos antes, vas a aprender a moverte en ella. Para conseguirlo, contarás con el apoyo de tus enfermeras o cuidadores, que te ayudarán y guiarán para realizar dos tipos de actividad física.
- Ejercicios pasivos: son ejercicios de movilidad y fuerza leve que el paciente realiza con la ayuda de su enfermera o cuidador. Conforme la persona mejora, el enfermero limita su colaboración hasta que el paciente realiza los ejercicios solo.
- Ejercicios activos: el paciente realiza este tipo de ejercicios completamente solo. Es la rehabilitación ideal para las personas que acaban de superar los ejercicios pasivos. Cumplir con todas las tareas diarias equivale a mantener tu sistema vital, engrasado y fuerte.
No hay límites en lo que se refiere a curación y recuperación. El cuerpo humano es sorprendente. Hoy puedes estar en la cama postrado y, dentro de tres años, estar practicando un deporte de élite. Así que no seas demasiado exigente contigo, date tiempo. Sé paciente, constante y, ante todo, no dejes de moverte. “El movimiento es vida” decía la abuela y tenía toda la razón.
Los beneficios del ejercicio físico durante y después del cáncer
Programa la hora diaria a la que piensas hacer deporte y desconecta del “no puedo”. Los días que tengas tratamiento contra el cáncer y el ejercicio físico sea una carga, deja la rutina a un lado para darte un descanso. Luego, vuelve a la carga.
Si llevas peluca, no te preocupes por su estabilidad. Las pelucas del Instituto de Estética Oncológica en Valencia y Castellón proporcionan un agarre total. Siéntete segura y muévete con total libertad.
El ejercicio con cáncer te beneficiará proporcionándote más fuerza, más hambre, más control sobre tu peso y menos debilidad. Te sentirás capaz de superarlo todo.
Cuando el tratamiento haya surtido su efecto, verás como tu resistencia se va incrementando cada día. Si te sientes bien, ignora los transportes públicos y camina, cada vez un poco más. Evita la vida sedentaria a toda costa, así podrás recomponerte antes. Muy pronto podrás volver a tu vida cotidiana mejor que nunca, más fuerte por dentro y más sana por fuera.